Martín Escalante, Wash and Wear Records y una tripleta de lanzamientos
- David Cortés
- hace 2 días
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David Cortés
Martín Escalante era un pequeño cuando tomó el sax por primera vez y comenzó a tocar. Tenía 11 años y en 2025 cumple 30 años como profesional, aunque dice, “tendrías que definir que entiendes por profesionalmente, porque según yo nunca he tocado de manera profesional”.
Sin embargo, si algo lo define, personalmente y en cuanto a sonido, es que toca un saxofón alto intervenido. “Es ¾cuenta¾ el cuerpo de un saxofón alto y le he puesto un tubo de metal que extiende el cuerpo unos 5-6 centímetros y luego un pequeño tubo junto a la boquilla. El tubo es flexible y ayuda a hacer una especie de vibrato, tremolo o algo así. Además, le quité el cuello, ya no lo uso y pongo una boquilla de tenor directamente con esas dos adiciones pequeñas”.

Desde hace años, Escalante es una presencia importante en la escena de la improvisación libre, y aunque colabora con un sinfín de músicos, es más un lobo solitario que ocasionalmente ha formado parte de alguna banda o denomina así a esas entidades con las que llega a tocar con mayor regularidad. “El año pasado estuve tocando con Maze Dull, grabamos, aunque nunca hemos tocado en vivo; tengo un trío con Weasel Walter y Tete Leguía que podrías decir que es una banda”.
En 2012, el saxofonista formó el sello Sploosh, pero, cuenta, “me aburrí del nombre y quería algo un poco más corporativo o ‘industrial’ y por eso fundé
Wash and Wear Records, nombre que proviene de Los Polivoces y que siempre me pareció chistoso. Ambos van a ser para mis trabajos porque muchas veces me da flojera esperar que un sello me diga que van a sacar mi disco o solo quiero publicar algo yo mismo porque quiero tener control total del producto. Muchas veces, cuando trabajas con otros sellos, no hacen las cosas tan bien y si realmente me gusta algo prefiero tener control sobre la obra, especialmente si significa mucho para mí.”
La discografía de Martín Escalante es amplia, a lo largo de su carrera ha grabado aproximadamente 30 discos, en solitario o en colaboración, con músicos como Otomo Yoshihide, Ryoko Ono, Max Devereaux, Israel Flores y Lasse Marhaug, entre otros y ahora, a manera de debut de Wash and Wear, lanza una tripleta de grabaciones, a cuál más interesante.
El primero de ellos es The sound of raspberry, 14 improvisaciones con el baterista Tatsuda Yoshida (Ruins) de corta a mediana duración, un encuentro ríspido entre ambos instrumentistas, violento, volcánico, de magma hirviente y arrasador que le valió la siguiente descripción de otro brillante saxofonista, Mats Gustafsson: “¡Esto es lo que NECESITAMOS! En estos tiempos confusos, populistas y fascistas, ¡este es el JAZZ que necesitamos! ¡URGENTE! ¡DEDICADO! ¡RADICAL! ¡Único, impactante, vanguardista y totalmente descarado! ¡Esto es TODO lo que necesitamos para vivir mejor! Piensen en... Borbetomagus, John Zorn, TG, Masami Akita, Hanatarash... ¡Esto es lo máximo y, sin embargo, no se parece en nada!”.

La siguiente placa de este “paquete” es Playing harsh noise on the saxophone since 2012 del que Otomo Yoshihide señaló: “Una joya, un crack. Uno de los saxofonistas más talentosos que he conocido”. Durante 31 minutos Escalante sopla y derrumba muros, su tono, agresivo, rápido por momentos, es como una broca gigante que taladra montañas y las pulveriza. No llama la atención la técnica, que la tiene, sino el cúmulo de ideas que despliega y lo llevaron a escribir en el boletín promocional: “The performance is arguably the most intense for a saxophone ever”.
Afirmación temeraria, le comento, a lo que responde: “Esas frases son para promocionar el disco, quiero que la gente lo cuestione y llamar la atención, estoy tratando de vender un producto, pero en realidad dice ‘podría ser’, no es definitivo”. Prosigue: “Playing harsh noise… no es una reedición, es un disco nuevo totalmente, pero en el pasado solo había sacado vinilos, CDr’s o casettes, nunca había sacado un CD hecho en fábrica de sax solo”.

El último CD del combo es This molten salt con Teté Leguía (bajo eléctrico) y Charlie Mumma (batería) tres cortes de áspera y dura improvisación, interpretado por una especie de power trio del cual salen chispas. Música que empieza por lo alto, potente, energética y cuya intensidad parece inagotable.

Una mezcla de free, improvisación y una buena carga de noise en donde cada uno de los músicos ataca de manera frenética sus instrumentos. TNT que explota a la primera provocación y cuyas esquirlas expansivas se extienden a lo largo de tres cortes ¾salvo una pequeña pausa, maliciosa, casi al final de “Impossible to consider”, puesta allí como un socavón por donde se desvanece todo para después ser expulsado y regresar recargado¾ para recalar en aparente terreno seguro en “Entity grabbin’” que no por manifestarse a menor volumen, deja de ser el escorpión que acecha a su presa para enterrarle su aguijón al menor descuido.


Wash and Wear Records ha absorbido el catálogo de Sploosh Records y aunque en otro momento ha editado producciones de otros músicos, esta vez Martín Escalante habla con cautela: “Me gustaría publicar cosas de otros músicos, pero esto no es un negocio, siempre se pierde dinero, es más un hobby. Quiero tener algo que compartir y porque la gente y otros músicos sí te hacen un poco más de caso cuando publicas algo en físico. Esto es lo único que voy a publicar en el año; aunque saldrán un par de discos míos más en otros sellos”, concluye.
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